
Francia y Europa: despliegue, bloqueos y tensiones en Venezuela
En los últimos meses, Francia ha decidido reforzar su presencia militar en el caribe, desplegando buques en Guadalupe (una colonia de ultramar francesa) como parte de una ofensiva internacional para combatir las redes de narcotráfico, en especial el llamado “cártel de los soles” y proteger sus territorios de ultramar. Esta decisión se enmarca en un contexto más amplio de presión hacia el gobierno venezolano, marcado por tensiones crecientes con Estados Unidos y otros actores europeos. Ese mismo entorno ha visto como Venezuela solicitó recientemente apoyo a la ONU ante lo que calificó como amenazas militares por parte de Estados Unidos, entre acusaciones que incluyeron despliegues en el caribe y elevados niveles de recompensa por la captura de Nicolas Maduro.
Crisis de Legitimidad Política. El régimen de Maduro enfrenta continuos cuestionamientos internacionales sobre su legitimidad. Tras asumir un nuevo mandato sin presentar actas oficiales de las elecciones de julio de 2024, tanto la Unión Europea como Estados Unidos lo declararon ilegítimo, respondiendo con sanciones económicas y refuerzo de recompensas por información que condujera a su captura. En un acto de represalia, Venezuela restringe de manera severa la presencia diplomática de Francia, Países Bajos e Italia, limitando el número de diplomáticos autorizados a desplazarse dentro del país.
División interna y estrategia de supervivencia del Régimen. El entorno interno del chavismo parece haber experimentado tensiones significativas. Por un lado, las estadísticas recientes indican una recuperación marginal del sector petrolero para Venezuela, sobre todo tras la política de licencias específicas de EEUU, que había permitido una exportación limitada y más transparente hacia Europa y EEUU. No obstante, el ala opositora ha denunciado lo que considera un “autogolpe”, refiriéndose a la elección de 2024 como una maniobra para afianzar el poder sin respaldo popular real. Figuras como Rafael Ramírez, exministro chavista, han destacado que este proceso resultó en una fractura interna del propio chavismo.
Europa y la seguridad energética. Francia y otros países europeos han sido, durante décadas, grandes compradores de crudo venezolano. Tras las sanciones, las relaciones se cortaron, pero el conflicto en Ucrania y la crisis energética reactivaron el interés de diversificar proveedores. Venezuela, sin embargo, utiliza su petróleo como arma diplomática, generando tensiones entre la necesidad energética europea y los cuestionamientos a la legitimidad de Maduro. Esto explica el por qué algunos sectores europeos (como empresas energéticas y algunos miembros del parlamento europeo y políticos) piden pragmatismo, mientras otros defienden una línea dura de sanciones.
El “Cártel de los soles” y la criminalidad transnacional. Bajo rigurosos estándares de seguridad y crímenes internacionales, se comprende que el narcotráfico vinculado a sectores militares venezolanos tiene un alcance global. Según investigaciones, el Caribe es una ruta clave hacia Europa, a través de un recorrido conectado hacia países africanos como Gambia, Sierra Leona y Mauritania. Se estima que el cártel de los soles gestiona el traslado de sustancias luego encaminado a través de España y el mar Mediterráneo, llegando a países europeos a través de los puertos de Rótterdam, Cádiz, Valencia, Barcelona, Hamburgo, Calais, Londres y Amberes. En este sentido, el refuerzo militar francés en la zona caribeña no solo es un gesto contra Maduro, sino también contra el crimen organizado internacional.
Geopolítica de bloques. El chavismo no solo tiene vínculos con Cuba, Nicaragua y Bolivia, también mantiene relaciones estrechas con Rusia, Irán y China. La creciente militarización del caribe responde al temor de que Venezuela se convierta en una cabeza de playa de actores extra-hemisféricos en el continente. Esto explica por qué el discurso venezolano insiste en denunciar un “asedio imperialista”: busca legitimar alianzas con potencias no occidentales, a tal forma de que hace unas semanas Putin anunció la posibilidad de enviar misiles hipersónicos y bombas nucleares a Venezuela con tal de mantener el régimen, lo cual hizo que Trump haya pedido solicitud de movimiento de tropas en Guyana Trinidad y Tobago, y anunció el envío de submarinos nucleares a las costas venezolanas.
Europa dividida. No todos los países europeos coinciden en la estrategia hacia Venezuela. España y Hungría, por ejemplo, han jugado un papel ambiguo: exigen democracia, pero también exploran la negociación para evitar un mayor flujo migratorio hacia Europa. Francia y Polonia, en cambio, parecen alinearse más con la política de presión dura de EEUU.
Migración venezolana como desafío europeo. Aunque la mayor parte del éxodo venezolano se concentra en Sudamérica, Europa también ha recibido un flujo de los 8 millones de personas que escaparon de la nación chavista. Francia, España e Italia son los destinos principales, lo que alimenta debates internos sobre integración, seguridad y asilo. En este sentido, Venezuela no es solo un problema lejano para Europa: también toca de lleno en la política doméstica europea.
El chavismo como amenaza ideológica. Francia y la UE perciben al chavismo como un modelo de autoritarismo con ropaje democrático que busca expandir influencia en movimientos de izquierda europeos y latinoamericanos. Esto va más allá de lo militar o lo económico: se lo ve como un riesgo para la estabilidad política interna europea y la comunidad internacional, principalmente en un momento de auge de los populismos.

- Nicolás Figueroa.







