
Corredor bioceánico vial: la oportunidad para el Comercio Sudamericano
En un contexto global donde la conectividad y la eficiencia logística son clave para el desarrollo económico, el corredor bioceánico vial emerge como una iniciativa de integración regional que promete transformar el comercio en Sudamérica. Este megaproyecto busca conectar el océano Atlántico con el Pacifico a través de una red de 2.400KM de carreteras y puentes que atraviesa Brasil, Paraguay, Argentina y Chile.
Un proyecto de integración regional. El corredor bioceánico vial se concibió como una alternativa terrestre al canal de Panamá, con el objetivo de facilitar el comercio intercontinental, especialmente con los mercados asiáticos. La ruta conecta el estado brasileño de Mato Grosso Do Sul con los puertos chilenos de Antofagasta, Iquique y Mejillones pasando por el Chaco Paraguayo y las provincias argentinas de Salta y Jujuy. Esta infraestructura no solo busca mejorar la competitividad de los países involucrados, sino también promover la integración física y económica del cono sur.
Beneficios económicos y sociales. Uno de los principales beneficios del corredor bioceánico vial es la reducción de los costos logísticos. Se estima que este corredor reducirá mas del 30% de los costos logísticos para los exportadores regionales, favoreciendo el comercio exterior. Además, la mejora de la conectividad facilitara el acceso a nuevos mercados, impulsando sectores clave como la agricultura, la minería y el turismo. El impacto social también es significativo, la construcción y operativización del corredor podría generar empleo directo e indirecto, especialmente en las regiones periféricas y sin acceso al mar, como el chaco paraguayo y el norte argentino. Esto contribuirá al desarrollo económico local y a la reducción de desigualdades históricas.
Desafíos y sostenibilidad. A pesar de los avances, el proyecto enfrenta desafíos técnicos y ambientales. La construcción de puentes y túneles en zonas de difícil acceso geográfico, como la cordillera de los andes, requiere de ingeniería avanzada y planificación cuidadosa. Además, la ruta atraviesa ecosistemas sensibles, por lo que se han implementados medidas de mitigación ambiental, como la construcción de pasos de fauna y la reforestación de áreas afectadas. La coordinación entre los gobiernos de Brasil, Paraguay, argentina y chile es esencial para superar estos desafíos y garantizar la sostenibilidad del proyecto. La armonización de normativas aduaneras, sanitarias y migratorias facilitara el flujo eficiente de mercancías y personas a lo largo del corredor.
Proyección a futuro. Se espera que el corredor bioceánico vial este operativo alrededor del 2026, aunque su implementación efectiva dependerá de la coordinación de los gobiernos y de la resolución de los desafíos técnicos y logísticos. Una vez finalizado, se espera que transforme significativamente la logística y el comercio sudamericano, convirtiéndose en una alternativa competitiva frente a rutas tradicionales como el canal de Panamá y fortaleciendo el papel de Sudamérica en el comercio global. Este proyecto representa una oportunidad única para fortalecer los lazos regionales y posicionar a Sudamérica como un actor clave en las rutas comerciales intercontinentales.

- Nicolás Figueroa.







